Los contratos son vinculantes para las partes firmantes. Debes firmar el contrato de alquiler (o contrato de renta) solo si estás segura de que realmente quieres el apartamento o habitación y puedes pagarla. Una vez firmado, el contrato de alquiler es firme y no hay derecho de revocación o retirada (a no ser que lo ponga expresamente en el contrato). Por lo general, solo se puede rescindir el contrato de alquiler con un plazo de preaviso de tres meses. Durante estos tres meses se debe pagar el alquiler mensual y el alquiler no se puede compensar con el depósito o fianza. Por lo tanto, es importante que estés segura cuando firmes el contrato y entiendas bien todo lo que dice.
El contrato de alquiler debe contener como mínimo la identificación de las partes contratantes, la identificación de objeto alquilado (dirección del apartamento o habitación, muebles, partes de uso común en piso compartido), fecha de comienzo del alquiler e importe del alquiler.
No obstante, los contratos de alquiler contienen normalmente muchas otras claúsulas y algunas pueden ser ilegales o al menos controvertidas. Un ejemplo sería la claúsula que hace a las inquilinas responsables de reparaciones menores (Kleinrepaturklausel). Esta claúsula sólo es admisible si fija un coste máximo por reparación y un coste máximo anual.
Si no entiendes algo del contrato intenta que te lo expliquen en una asesoría antes de firmar.
Asegúrate de que cualquier cosa que acuerdes con la propietaria quede registrada por escrito. De esta manera estarás preparada en caso de que la propietaria cambie de opinión.